viernes, 16 de abril de 2010

UN PROBLEMA EN CONSIDERACIÓN: LOS ENVASES

Los envases, en la vida cotidiana, son ampliamente usados para contener diversos productos como bebidas gasificadas, yogur, juguetes, conservas, etc. Actualmente los envases son cada vez más sofisticados, hechos con materiales metalizados, con colores fosforescentes y figuras llamativas, pero ¿hay algo de malo en usarlos?.

Los envases han mejorado la calidad de vida de los seres humanos ya que permiten, por ejemplo, conservar frescos los alimentos que de otra forma se hubieron descompuesto o malogrado, así como transportarlos lejos de su lugar de producción. Estos depósitos son necesarios para proteger y conservar los productos, garantizar su higiene, informar al consumidor de sus instrucciones de uso, y facilitar el transporte y almacenamiento. No obstante, el excesivo uso de materiales empleados en su fabricación es antieconómico y antiecológico.

Al ser obtenidos los plásticos de un tipo de polímero se pensó que resultaría el remedio para muchos problemas, y así fue a primera impresión, paradójicamente una de sus ventajas más celebradas es su Talón de Aquiles: resultan prácticamente indestructibles, ya que están elaborados de materiales no renovables, como el petróleo, el gas natural y el carbón, y por consiguiente, se convierten en un problema ecológico, al resultar su destrucción muy costosa energéticamente y totalmente contaminante en la mayoría de los casos. La incineración de determinados tipos de plásticos es una de las causas de la lluvia ácida que destruye los bosques y la salud de los seres humanos, y abandonados a la intemperie sus complejas cadenas moleculares se resisten a romperse por la acción de cualquier agente natural. Actualmente, se comienza a extender el uso de las bolsas de plástico fotodegradables, que se destruyen por la acción de los rayos solares, también los científicos buscan el plástico biodegradable como los alquimistas las piedra filosófica, mas esto es esquivo y no parece que su uso sea para mañana, debido a que los encontrados hasta ahora resultan muy caros.

Por mucho tiempo, las bebidas y los medicamentos nos han llegado en recipientes de vidrio, transparente o traslúcido, livianos y pesados y de colores variados. El vidrio es más grueso, más pesado, por lo tanto su fabricación y transporte resultan más costosos. El impacto ambiental al usar recipientes de vidrio resulta más que notable. Todos conocemos los peligros que encierra una botella de vidrio abandonada en el campo, sobre todo para los niños y la fauna. Los envases de vidrio son reciclables o reutilizables , aunque a veces no se hace ni una cosa ni la otra; simplemente son arrojados al medio ambiente.

Otro tipo de envase es el metálico, que ha experimentado un notable auge en estos últimos años, sobre todo para las bebidas carbonatadas. Tanto su fabricación como su destrucción tienen un costo ambiental realmente considerables, ya que están hechas de acero, hojalata y sobre todo, aluminio, materiales no biodegradables. Como es evidente no son recuperables para posteriores usos y más bien su abandono tan natural en la naturaleza supone un grave problema. La única salida ecológicamente razonable para las latas es el reciclaje. Un caso especial son los envases de tetra pack o similares, elaborados con cartón, polietileno y, en algunos casos, una delgada capa de aluminio. Sus ventajas son muchas: la ligereza,, transporte económico, resistencia, comodidad, y conservan muy bien alimentos tan delicados como zumos, leche y otros líquidos orgánicos. Como basura energética resultan muy interesantes: a pesar de que su incineración genera energía, su aprovechamiento sistemático requiere una infraestructura que de momento no alcanzamos.

En conclusión, hay que analizar nuestras necesidades y elegir la opción más adecuada en el tipo de envase a usar: Por ejemplo, no es efectivo adquirir alimentos envasados en tetra pack si es que lo vamos a consumir enseguida. Las municipalidades pueden contribuir con la infraestructura adecuada para poder recuperar y reciclar todo lo reciclable, porque de nada sirve que los materiales sean susceptibles de ser reciclados por varias vías si se quedan en un rincón sin que le demos la importancia debida. La comunidad puede contribuir dando a cada tipo de envases su destino final, y no tirando todo al tacho de la basura o por cualquier lugar; ya que de lo contrario la basura terminará siendo la envoltura del planeta.

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